jueves, 20 de octubre de 2011

“Aprendizaje cooperativo: creencias y prácticas de los profesores como estrategia didáctica en el proceso de enseñanza aprendizaje en la educación primaria.”


MARCO CONCEPTUAL.
      Mucho tienen que ver las creencias de los profesores con la realidad  en las escuelas. En lo que respecta al trabajo cooperativo es indispensable ubicar los sustentos de sus creencias, ya que ello se ve reflejado en las actividades en el aula. “El pensamiento, la planificación y la toma de decisiones de los docentes constituyen una parte considerable del contexto psicológico de la enseñanza. Los procesos de pensamiento de los maestros influyen sustancialmente en su conducta e incluso la determina.”[i] Se necesita que exista un análisis de sus creencias para mejorar los procesos de aprendizaje, ya que eso proporciona información para tomar decisiones de manera razonada.

      “Los pensamientos de los profesores guían y orientan, en cierta medida, su práctica en el aula, de modo que existe un determinado nivel de interrelación entre los dominios del pensamiento y la acción docente.”[ii] El gran cúmulo de estas creencias en el pensamiento del docente, se ve reflejado necesariamente en su manera de ver el trabajo escolar; esto es, las actividades que el maestro planea y desarrolla con sus alumnos surgen invariablemente de sus creencias que son consecuencia de su formación y experiencia en su trabajo profesional. Estas creencias pueden coincidir o no con fundamentos teóricos, ya que un docente más que una teoría recurre a soluciones prácticas que se traduzcan a estrategias funcionales en su contexto real.

       Existen estudios sobre las creencias de los maestros, y han intentado entender la práctica educativa. “El término creencias surge en la investigación educativa como un constructor para comprender e interpretar las acciones de los maestros. El hilo conductor de todos estos trabajos ha sido conocer y comprender para propiciar el cambio;  esto es explicitar lo que tradicionalmente se ha mantenido implícito con una primera intención de desarrollar estrategias conducentes  a cambiar creencias, para lograr cambios duraderos y de fondo en la educación.”[iii] El tema de las creencias en realidad no es muy común que digamos, pero es muy importante el hacer investigaciones sobre lo que cree el maestro en este caso, sobre el aprendizaje cooperativo porque es interesante y trascendental conocer como esta entendiendo el maestro este tipo de trabajo y como lo esta realizando de a cuerdo a su punto de vista.

       “El pensamiento del profesor se organiza en torno a esquemas  de conocimiento que abarcan el campo de las creencias y concepciones personales, como el de las estrategias y procedimientos para la planificación, e intervención y evaluación de la enseñanza.”[iv] A un profesor en su vida académica diaria, le surge como necesidad el adaptar sus fundamentos teóricos al contexto de los alumnos, de tal manera que el probable origen de esas creencias sean una especie de conexión que el docente intenta hacer entre la teoría y la realidad. Y ese desde mi punto de vista es el valor pedagógico de esas creencias, que son una reflexión que hizo el docente, que ha llevado a la práctica y que le ha generado ambientes de aprendizajes satisfactorios para él y que lo sigue llevando a cabo por esa razón.

     El conocer mediante la investigación esas creencias de los docentes, creo yo es una valiosa posibilidad de proponer nuevas alternativas de solución a una gran cantidad de temas que hay en torno al proceso de aprendizaje.  Vigotski, considera el  aprendizaje como un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos, pero inseparable de la situación en la que se produce. El aprendizaje es un proceso que está íntimamente relacionado con la sociedad. Si se considera al aprendizaje como un proceso continuo, sistemático, y reflexivo,  se vuelve necesario el recurrir a estrategias como la del aprendizaje cooperativo, para a partir de sus propósitos realizar una planeación congruente a él y lograr mejores resultados.

       El aprendizaje es un proceso complejo que se genera con la reflexión del alumno en torno del objeto de estudio, que se lleva a cabo a lo largo de todo el desarrollo del individuo; lo anterior tiene una mejor probabilidad de lograrlo con un trabajo basado en el aprendizaje cooperativo. Aunque encontré diversas definiciones y enfoques del aprendizaje cooperativo (Johnson y Johnson, 1979, 1999; Dillenbourg, 1999), en general es considerado por los autores como una metodología de enseñanza basada en la creencia de que el aprendizaje se incrementa cuando los estudiantes desarrollan destrezas cooperativas para aprender, solucionar problemas y realizar actividades significativas (Cabero, 2003; Cabero y Llorente, 2007). En esta perspectiva, el aprendizaje constituye una actividad social que resulta de la interacción entre las personas, con los medios y con los ambientes. El trabajo cooperativo como herramienta representa un importante valor pedagógico dentro de la didáctica, porque se considera como una estrategia importante que se puede utilizar a lo largo de la vida del ser humano. “El aprendizaje cooperativo es un proceso comunicativo de construcción de significado conjunto que de manera estructurada promueve la interacción entre iguales, en torno a un objetivo o tarea educativa interdependiente. En este concepto, el núcleo del aprendizaje cooperativo, como característica identificable durante el proceso, es la construcción de significado conjunto a través de la actividad compartida, construcción en la cual el lenguaje juega un papel fundamental.”[v] En muchas el trabajo entre pares da mejores resultados si se logra una verdadera cooperación entre los alumnos. Es frecuente que los niños entienden mejor las explicaciones de otros compañeros que la del maestro.

     Sin embargo en muchas ocasiones sus elementos metodológicos quedan relegados a un segundo plano, y se pierden muchos de los propósitos que se debieran perseguir. Da la impresión de que un profesor dentro del aula reconoce la importancia del trabajo cooperativo, y tal vez es capaz de incorporarlo a su planeación, pero el poder llevarlo a la práctica es una situación muy distinta. Por un lado es importante conocer qué es lo que es maestro entiende por trabajo cooperativo, porque son estas creencias la base de la cual partirá para aplicarlo con sus alumnos. ”El profesor es una persona activa, autónoma y reflexiva que de forma continua procesa información y da sentido a su práctica, y que posee un sistema particular de creencias acerca de los procesos de enseñanza aprendizaje”[vi] Las creencias desde este punto de vista son un elemento primordial en el docente, porque de ahí deriva su labor profesional. Estas creencias son parte de las vivencias que ha tenido el docente, producto de su experiencia en las aulas.
 Es un conocimiento válido para él, que ha empleado en situaciones de su vida académica y se perfeccionan, y se repiten si considera que hay buenos resultados. Sin embargo en muy pocas ocasiones, hay una reflexión profunda que retome la veracidad de esas creencias. Creo que para lograr cambios significativos  es necesario conocer el origen de esas creencias para poder transformar de una manera profunda la practica de los docentes, retomando estas creencias para reflexionar el porque de las mismas, y si es necesario o no el cambiar de forma de pensar.

      “El aprendizaje cooperativo es un concepto diferente del proceso de enseñanza y aprendizaje. Se basa en la interacción entre alumnos diversos, que en grupos de 4 a 6, cooperan en el aprendizaje de distintas cuestiones de índole muy variada. Este aprendizaje cuenta con la ayuda del profesor, que dirige este proceso supervisándolo. Se trata, pues, de un concepto del aprendizaje no competitivo ni individualista como lo es el método tradicional, sino un mecanismo colaborador que pretende desarrollar hábitos de trabajo en equipo, la solidaridad entre compañeros, y que los alumnos intervengan autónomamente en su proceso de aprendizaje.” [vii] Para muchos autores el aprendizaje cooperativo es sinónimo de trabajo colaborativo, para fin de la presente investigación es necesario el hacer una diferenciación entre uno y otro, para explicar porque de esta elección como propuesta en la escuela primaria. En un inicio el aprendizaje cooperativo surgió como una necesidad de hacer frente a la competición que se presentaba entre alumnos y que no favorecía en aprendizaje de todos los pares en un grupo. “El aprendizaje cooperativo es la utilización en la enseñanza de pequeños grupos, para que los alumnos trabajen juntos con el fin de maximizar el aprendizaje, tanto el propio como el de los demás”[viii] Es decir, el aprendizaje cooperativo propone que los alumnos se ayuden unos a otros, en el logro de una tarea compartida. En esta concepción el profesor es un guía, que planea y organiza la manera en que se va a trabajar en ese momento.

     “El aprendizaje colaborativo se produce cuando los alumnos y los profesores trabajan juntos para crear el saber, es una pedagogía que parte de la base de que las personas crean significados juntas y que el proceso las enriquece y los hace crecer.”[ix] Mientras en el aprendizaje cooperativo hay una cierta dependencia del profesor, en el trabajo colaborativo el maestro no es el guía en el aprender, sino que se integra como uno más en un colectivo que busca aprender nuevas cosas.

     Basado en los anteriores argumentos, Bruffeer, afirma que “la meta del aprendizaje cooperativo es trabajar juntos en armonía y apoyo mutuo para hallar la solución, mientras que la meta del aprendizaje colaborativo es desarrollar personas reflexivas, autónomas y elocuentes, aunque a veces esa meta promueva un desacuerdo o una competición.”[x] Es decir que el aprendizaje cooperativo es acorde con lo que se maneja en los planes y programas de estudio en sexto año de educación básica, y el colaborativo se enfoca más a necesidades de un estudiante de educación superior.

      En el programa de estudios 2009 de sexto grado de Educación Primaria menciona que una competencia para la convivencia que se pretende desarrollar para completar el perfil de egreso de los alumnos de Educación Básica es “relacionarse armónicamente con otros y con la naturaleza, comunicarse con eficacia, trabajar en equipo; tomar acuerdos y negociar con otros; crecer con los demás; manejar armónicamente las relaciones personales y emocionales.”[xi] Creo que esta competencia es necesaria para lograr que el alumno tenga una actitud de aprender a aprender a lo largo de toda su vida. Por esta razón es importante que el alumno valore sus potencialidades como estudiante, trabaje en equipo reconociendo, respetando y las capacidades de los otros para emprender proyectos colectivos. Reconociendo que el trabajo cooperativo se encuentra contemplado desde los programas, es necesario el replantear lo que debería ser de acuerdo a sus fundamentos, para no olvidar su trascendencia para el logro de competencias, y dejar que se convierta en una verdadera alternativa de solución que potencialice la reflexión para mejorar sus aprendizajes significativos.

     Existen autores que proponen estrategias que potencializan el trabajo cooperativo en toda su extensión. Tal es el caso de lo encontrado en el texto “Ideas prácticas para promover el aprendizaje activo y cooperativo: 27 maneras prácticas para mejorar Instrucción” escrito por el Dr. Wesley Hiler, en cual se basa en conceptos y principios del pensamiento crítico. Estas son verdaderas alternativas de solución para desbloquear el trabajo cooperativo en los alumnos, los cuales dan muestra de algunos fundamentos que se deberían seguir al dicho trabajo: Hacer preguntas a la clase durante las conferencias para estimular la curiosidad, utilizar preguntas guías, Dar pruebas cortas de cinco minutos al comienzo de cada clase, utilizar visuales gráficos, enseñar principios del pensamiento crítico a la vez en que enseña la materia, fomentar que los estudiantes se conozcan unos a los otros, llamar a todos los estudiantes y no sólo a los voluntarios, fomentar el pensamiento independiente, fomentar el escuchar con atención, hablar menos para que el estudiante piense más, ser un modelo, utilizar el método socrático para hacer preguntas, fomentar la colaboración, usar la enseñanza en pirámide, redactar ejercicios de escritura, asignar tareas escritas que requieran pensamiento independiente, fomentar la coevaluación, utilizar cuadernos de aprendizaje, organizar debates, pedir a los estudiantes que escriban diálogos constructivistas, pedir que los estudiantes expliquen su tarea y propósito, fomentar que los estudiantes determinen el siguiente paso, pedir que los estudiantes documenten su progreso, dividir el proyecto en partes pequeñas, fomentar el descubrimiento, fomentar la autoevaluación y enseñar aplicaciones útiles.

     Lo anterior es una muestra que el incorporar el trabajo cooperativo en el aula, es más complejo de lo que pareciera, y que la simple intención de llevarla a cabo no es suficiente para poder lograrlo, es necesario el entender cuales son las actividades que son congruentes con esta estrategia didáctica. “Una estrategia didáctica es un conjunto de acciones o conjunto de actividades, del profesor y sus estudiantes, organizadas y planificadas por el docente con la de finalidad de posibilitar es aprendizaje de los estudiantes.”[xii]

     En la práctica la enseñanza a través del aprendizaje cooperativo se reduce a agrupar a los alumnos por equipos, que en muchas ocasiones no fomentan la ayuda mutua para generar mejores aprendizajes significativos. Por ejemplo, en algunas ocasiones hay alumnos que llevan la mayor carga de trabajo que los demás porque no se logra un compromiso en conjunto, así el producto que se logro es resultado de un esfuerzo individual y de la apatía de la mayoría. Aquí la guía mediadora del profesor es fundamental para que el trabajo se enriquezca con el esfuerzo colectivo.

     Es muy común encontrar en los materiales y en los libros de texto actividades que se sugieren trabajar en equipo, pero esto implica el organizar los equipos, con cierto número de integrantes, el tener la oportunidad de hacer una puesta en común, el asignar roles, el debatir, llegar acuerdos, etc. y esto en definitiva requiere tiempo para poder realizarlo, si el profesor considera que no puede abarcar el total de aprendizajes esperados con esta estrategia, hay una probabilidad grande de que lo abandone por otras que sean más rápidas.

      En ocasiones llega a suceder que el trabajo cooperativo se presta para algunos estudiantes, como una oportunidad de comentar situaciones que nada tienen que ver con los aprendizajes esperados por el profesor, así que se puede convertir en un desaliento para él, porque no se lograron los propósitos planeados.

   Otra situación es el número propicio de integrantes que debe haber en un equipo para que la actividad sea fluida, esto sin duda depende del tipo secuencia que se este realizando, pero la decisión se complica al tener un grupo muy numeroso, un mobiliario no adecuado, e incluso el espacio que hay para poder trabajar en plenaria con otros.  Así, la cultura por alcanzar que el trabajo en el aula se base en la cooperación entre alumnos, parece una meta difícil, porque las creencias de los profesores sobre el aprendizaje cooperativo reconocen su utilidad para la vida cotidiana, pero al ponerlo en práctica pueden suceder muchas cosas. Si se le pregunta al docente si esta de acuerdo con el aprendizaje cooperativo, lo mas obvio es que conteste que si, pero una cosa es decirlo y otra hacerlo.

     Por ejemplo, trabajar cooperativamente implica tiempo, tiempo para organizarse, para ponerse de acuerdo, para asignar tareas, escribir conclusiones, etc. Y el profesor debe guiar y coordinar el trabajo, pero si la carga administrativa lo envuelve, lo más probable es que deje de lado estas actividades en su práctica. Otra situación que puede pasar es que el profesor pretenda trabajar de manera cooperativa en su aula, y el contexto de escuela no se presta para ello: los maestros no cooperan entre ellos, los directivos no apoyan este trabajo, etc.  “Los procesos del pensamiento de los profesores se producen dentro de un contexto psicológico (creencias) y de un contexto ecológico (recursos, clima del aula, interacciones sociales, circunstancias externas, limitaciones administrativas, etc)”[xiii] Por lo tanto, el trabajo con base en el  aprendizaje cooperativo debe de ser una competencia a desarrollar por el docente, para que forme en él una autoconciencia del importante papel que puede tener esta estrategia  para propiciar situaciones de aprendizajes que desarrollen competencias funcionales en los alumnos, tratando de que abarque todo su contexto y no sólo el aula.

     “La profesionalidad del profesor estriba en saber trabajar con la interacción que se articula entre la planificación y el desarrollo de la dinámica del aula, y la posterior reflexión del profesor sobre la acción. De este modo el plan previsto, ha de ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las situaciones cambiantes, inciertas e impredecibles de la enseñanza.”[xiv] El docente examina lo que ocurre en el aula y a través de la reflexión crea una serie de creencias que dan sustento a su trabajo diario.

       Si se reconoce la importancia y la validez que tienen las creencias de los profesores en su práctica diaria, es necesario conocerlas para analizarlas para a partir de ahí crear situaciones de aprendizaje ricas en contenido y congruentes al aprendizaje cooperativo.


  


[i] Clark y Peterson 1989, pp.44.
[ii] Shavelson, 1986. Citado por Juan Ignacio López Ruíz en su obra.
[iii]Las creencias de docentes mexicanos sobre el papel de la escuela y del maestro. Silvia Macotela Flores.
[iv] Juan Ignacio López Ruíz. 1999.
[v] Propuesta de indicadores para evaluar y promover el aprendizaje cooperativo.
[vi] Conocimiento docente y práctica educativa. El cambio hacia una enseñanza centrada en el aprendizaje. Juan Ignacio López Ruíz. Ed. Alije. Málaga. 1999. pp. 52.
[vii] El aprendizaje cooperativo. J.M. Serrano. 2006. Centro Nacional  de Información y Comunicación Educativa. Ministerio de Educación.  España.
[viii] Smith, 1996. Pág.71
[ix] Matthews, 1996. Pág. 101.
[x] Bruffeer, 1993. Pág. 3.
[xi] Programas de Estudio 2011. Sexto grado. Educación Básica Primaria. P.12.
[xii] www.recursoseees.uji.es/fichas
[xiii] Juan Ignacio López Ruíz. 1999.
[xiv] Schön, 1993 y Pérez Gómez, 1987. Citado por Ignacio López Ruíz.